viernes, 21 de marzo de 2014

La Hechicera con Alas de Mariposa - Cap. IV: Metamorfosis

< Oscuridad, frío y nostalgia. Extraño la luz del Sol, el contacto con la naturaleza, el soplar del viento y los cantos matutinos de los ruiseñores... >


Ser crisálida no es fácil, sobre todo al pensar que estás alejada del mundo exterior mientras sufres mutaciones por dentro y por fuera. Es un proceso doloroso e incómodo para cualquiera, pues debes dejar atrás todo y reinventarte; plasmar en tu mente una nueva vida para cuando llegue el momento no ser consumida por el miedo y el desconcierto.


< A penas puedo abrir mis ojos, me siento extraña, hinchada, ajena a mi ser... Percibo que dos seres luminosos se aproximan; conozco sus auras, me son familiares. Me piden que cierre los ojos y me deje llevar; me recuerdan que estaré a salvo. Eso hago... >


Como mencioné fue complicado vivir esa etapa, pero aquí estoy. Pude sobrepasar todos los obstáculos como tener que desapegarme de las cosas. Gracias a ello comprendí que lo que realmente importa es el valor que tenga para uno dicho objeto y no éste por sí solo; es decir, el recuerdo de quién te lo obsequió o lo que significó en aquel instante. Luego de eso, cada tesoro que tuve se desvaneció ante mis ojos. Al principio me dio pena, pero después me alegré de haber tenido esas experiencias.


< Ha desaparecido la oscuridad, ahora me conducen a un "jardín de ensueño", todo lo que echaba de menos se encontraba ahí y en proporciones enormes. Corrí hacia aquel sitio con mucha felicidad; sin embargo cuando di el primer pasó, se esfumó. Los dos seres me dijeron que aquello había sido parte de mis recuerdos y se materializó puesto que mis ganas por "retornar" eran demasiadas. En ese momento entendí que debía tomar las cosas con calma...>


Posterior a que se borrara el apego a lo material, vino la fase de despejar mi corazón de rencores, rabias, penas y asuntos sin resolver. Entonces, cada persona con la que tuve algún roce apareció frente a mí y luego de una extensa charla, con altos y bajos; decidimos fortalecer o romper el lazo que nos unía. Hubo lágrimas y sonrisas, que me permitieron cerrar ese ciclo para sentirme más tranquila, pues era un peso menos para mí.


< Estos entes me miran con curiosidad, me acuestan en una especie de prado y posan sus manos sobre mi cuerpo... De pronto, comienzo a emanar una luz color ínidigo y lentamente me elevo. Mi espalda se abre en dos y nacen alas enormes de color azul, similares a la de una lepidóptera. Mi cabello se torna verde cristalino... ¿Qué me ocurre?... >


La tercera etapa, quizás fue la más extraña, porque físicamente cambié: mi estatura aumentó y el tono de mi piel se emblanqueció. Mi presencia en sí misma se hizo más poderosa, pues podía estar a metros de distancia del pueblo y los lugareños sabían que era yo quien me aproximaba. También conocían mis poderes como hechicera; todos los que alguna vez me discriminaron ahora me respetaban, y algunos se convirtieron en mis aliados. Me gané su aprecio gracias a mi preocupación hacia ellos, puesto que dediqué gran parte de mi vida a ayudarlos para que progresaran. Y en consecuencia, como muestra de gratitud, aparecieron símbolos en mi cuerpo hechos por aquellos seres que velan por mí en el otro plano, donde pude evolucionar.


< El misterio había sido revelado: la "Hechicera con Alas de Mariposa" ha aparecido. Estuvo dormida dentro de la joven que luchó contra viento y marea para ganarse un espacio en el corazón de los lugareños, para generar confianza entre ellos mismos y así, vivir en comunidad.>


Aquellas palabras resonaron en mi mente, como un tambor; y todo mi cuerpo comenzó a estremecerse. Perdí el conocimiento y después de horas, desperté con una gran paz en mi interior. Veía mi alrededor con mayor claridad. La magia brotaba desde mis poros en forma de luz. Estaba feliz de estar ahí, en mi habitación.


A lo lejos, se oyen unos pasos que se aproximan. Un caballo relincha en mi ventana y la puerta se abre. De pronto gritan: "¡¡AL FIN HAS VUELTO!!"
Era mi hechicero, el aliado que me acompaña desde que aquel libro misterioso cayó en manos de la Corte Real. Quien también me ayudó a sobrellevar mi complejo estado de crisálida y el que me cooperará a mantener este reino fuera de las amenazas de las energías oscuras.


Me da la mano para que me levante y juntos emprendemos la misión de velar por la seguridad y el bienestar de los lugareños; él con su caballo y yo con mis alas, con las que surcaré el cielo azul para que la luz ilumine mi pueblo para siempre.


FIN

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