¿Qué pasaría si una semilla es
enterrada en un lugar apartado de las demás de su estirpe?, ¿se sentirá sola
cuando se dé cuenta que sus hermanas están lejos?...
La verdad sí, pero solo las
primeras semanas cuando ya tenga su tallo y sus hojas formadas; después de ello
notará que en el jardín donde crece es una especie única entre las otras, pues
aún no ha florecido como sus compañeras.
-
- Qué
extraña eres, a todas nosotras nos sembraron después que a ti y míranos, ya
tenemos nuestros propios pétalos coloridos y tú… a penas un botón que ni
siquiera se distingue de su tallo.
- -
Eres un
fenómeno… debes de ser UNICA en todo el mundo. No quisiera estar en tu lugar.
La pequeña plantita solo se
dignaba a mirar a sus pares, sufriendo internamente por no poder florecer. Mientras
las demás reían a carcajadas por su estado diferente.
Una noche, cuando todas las demás
flores dormían, una alegre mariposa violeta se posó en el botón de esta
florecilla y sutilmente le susurró…
“Mi doncella natural, no te preocupes por tu situación, tú naciste para
inspirar a los demás y ayudarles a ver la belleza real de las cosas que se
oculta en su interior… lamentablemente este no es tu sitio, debiste haber
nacido en el agua; pero descuida, yo te llevaré junto a mis compañeras al lago
más cercano… solo confía en nosotras, te lo pedimos…”
La
criatura envuelta en lágrimas asintió y se dejó llevar por sus nuevas
amiguitas, las que la condujeron a las cristalinas aguas de aquel lago donde se
reflejaba la luna en todo su esplendor.
“Este será tu nuevo hogar mi pequeña dama, ahora procura descansar y si
algún peligro se avecina solo debes llamarnos y acudiremos en tu rescate. Hasta
pronto.”
La
florecilla llena de emoción notó que sus raíces se enroscaban entre sí y al fin
pudo sentirse “cómoda” siendo quién era. Se despidió de las lepidópteras
violetas con una enorme sonrisa.
Al
amanecer, todo el mundo se sorprendió al ver el hermoso tesoro que se hallaba
en el lago, un hermoso loto color rosa había brotado de las profundidades; al
menos así lo creía la gente y las demás especies que habitaban aquel lugar. ‘Es un milagro del cielo’, comentaban los
peces que rondaban por las cercanías. Las flores que tanto molestaban a esta
criaturita, ahora no entendían la belleza oculta tras espantosa carcasa que
hace unas horas ella demostraba. Llenas de envidia quisieron contemplarla, pero
para su mala suerte, el esfuerzo hizo que sus raíces se salieran del suelo y
terminaron recostadas a la orilla del lago sin que nadie las socorriera, pues
pensaban que eran flores lanzadas en honor al bello loto que flotaba sobre la
superficie cristalina.
Las
mariposas violetas, al igual que todas las especies del lago, hicieron una
fiesta en honor a esta nueva compañera; la que no paraba de lanzar gritos de
alegría al observar que lentamente otras hermanas loto aparecían junto a ella
para darle la bienvenida a su hogar.
Quizás haya
muchas semillas de loto esperando florecer en el mundo y se encuentren
enterradas en suelos que no son aptos para su desarrollo, lo que impide que enseñen
su magistral belleza oculta. Lo único que les puedo decir a esas semillitas es
que aunque no lo crean hay mariposillas que les ayudarán a encontrar su camino
y las harán retornar a su hogar; por muy utópico que parezca, no están solas en
el mundo… solo levanten la cabeza y miren el cielo… ahí hallarán a ese ejército
de lepidópteras dispuestas a darles una alita para su crecimiento.
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