jueves, 27 de octubre de 2011

La Hechicera con Alas de Mariposa - Cap. II: El Libro Misterioso

<< ¿Dónde estoy?, tengo frío y hambre. No puedo ver nada, solo escucho un rumor que proviene de un lugar lejano que dice: “Vete de aquí, corres peligro… morirás.” >>

Vaya, de nuevo ustedes por acá, creía que después de saber  parte de “mi historia” no querían conocerme más y me abandonarían como lo hicieron todos los que alguna vez se me acercaron… Jajajaja, es broma, pero es extraño volver a hablar de mí, pues generalmente me reservo comentarios, ya que la gente me mira con cara de “esta muchacha está loca”, mientras yo pienso: - Si supieran… - En fin, creo que ya sé lo que les contaré, solo espero  guarden el secreto, porque es algo personal y bueno pues, entenderán que para mí… NAH, da igual, total como “estoy loca” (según el pueblo) diga lo que diga, solo algunos me creerán; aunque dicen que la locura no es una enfermedad, solo es un estado diferente de conciencia.

Recuerdo un día en que salí del castillo del rey y fui en busca de agua, pues hacía mucho calor y era necesario que alguien fuera. Yo me ofrecí con gusto… NO, para nada, solo quería seguir durmiendo. La cama siempre ha sido mi compañera y a pesar de la elevada temperatura que impregnaba de aromas poco agradables el ambiente del castillo, prefería estar en mi alcoba, descansando. Sin embargo, el aire estaba tan denso, tan putrefacto que tuve que  salir de ahí, en contra de mi voluntad.

Pues bien, monté mi caballo y partí rumbo al pozo que se encontraba en medio del bosque. Extraje unos cuantos baldes de agua y los acomodé en la carretilla que llevó un vasallo del rey. De pronto, me di cuenta que dentro del pozo había un objeto cuadrado y quise sacarlo de ahí a como diera lugar. Antes lógicamente,  le pedí al buen hombre que se marchara y llevara consigo el encargo del agua. Él solo se dignó a sonreír, yo le respondí con otra sonrisa, la que duró menos de dos segundos, mientras pensaba: - menos mal que se fue sin preguntarme algo-. Entonces, me senté en el sendero ideando cómo llevaría a cabo mi hazaña.

<< Su voz se oía cavernosa e intimidante. Un temblor sacudió mi ser y quise gritar. De repente, unas manos frías tocaron mis hombros y percibí un aliento a mis espaldas… >>

Cómo pude ser tan idiota al no percatarme que con la misma soga que se utiliza para sacar agua, se podría amarrar ese objeto y así traerlo a la superficie. Lo intenté una, dos, tres, hasta cuatro veces… NO, mentira, al primer intento salió volando por los aires, pues usé una “técnica de levitación de elementos”. ¿Acaso ya olvidaron que soy hechicera?

Ese objeto curioso, resultó ser un “diario de vida” o al menos eso aparentaba. Sus hojas eran antiguas y estaba escrito hasta la mitad.  Sin perder más tiempo, regresé al reino junto a mi fiel corcel y me encerré en mi cuarto a investigar lo que había dentro de éste… No me agradó lo que encontré:

“Saludos portador. Al tener en tu poder este libro te has condenado al infierno y tu alma será llevada por el Ejército de la Muerte. Hagas lo que hagas no te servirá para huir; lo único que puedes hacer es confesar en estas hojas lo que creas que es importante, para ver si en el Juicio Final, te librarás o no del calvario…”

Solo puedo decir que al terminar de leer me dio susto y quise devolver el libro lo antes posible… ¿En serio me creen?, hice lo contrario, tomé el libro y empecé a examinarlo. Busqué una pluma y un poco de tinta para comenzar a “confesar”. Sin embargo, cuando hallé la última página que fue escrita, noté que la temperatura del entorno descendió bruscamente, y pensé: -Bah, debe haber sido el viento…-

<< Miré hacia atrás y un sujeto con capa oscura me tendió la mano en gesto de saludo… Era mi padre. >>

Fui hacia la ventana y sentí que una presencia extraña invadía lentamente mi cuarto. Me concentré para intentar verla, pero fue en vano… ¡QUÉ VA!, gracias a mi madre heredé la Clarividencia, así que logré observar que un espectro giraba como remolino entorno al libro. Cuando se detuvo me miró a los ojos y dijo: “Tú has de ser la doncella que me liberó del sueño eterno y te lo agradezco. He estado encerrado en estas páginas por centenares de años esperando despertar de mi sombría prisión…” Yo en ese momento lo interrumpí, diciendo: - “Espera, espera… ¿¡QUÉ DEMONIOS hacía un ente como tú enclaustrado en este espantoso montón de hojas añejas!? ¿¡Acaso fuiste víctima de algún hechizo de la bruja del Oeste?!... Mmm, ¿Quizás que habrás hecho…?” - . El espectro se quedó boquiabierto.

<< ¡Oh padre! Tantas veces rogué a la hermana Luna encontrarme contigo; le pedí que velara por ustedes donde quiera que se hallaran. Él me miraba fijamente y por telepatía me indicó: “Este no es tu mundo. Vete de aquí, corres peligro… morirás”. >>

Me acerqué al libro y busqué nuevamente la página en blanco. El ente oscuro me detuvo advirtiéndome lo siguiente: “Si has de escribir, deberás confesar, pues de nada sirve escapar”. Lo miré con cara de “¿¡Quién te crees para venir a decirme lo que debo hacer!? Tomé mi pluma y la unté en la tinta… Bueno, en realidad eso debería haber hecho, pero dos segundos antes de que lo hiciera, caí en un profundo sueño, pues ese espectro del demonio dijo un conjuro para evitar que escribiera. (¿Qué oculta ese tipejo?, si es que puedo llamarlo así)

Cuando abrí los ojos, vi a mi padre correr hacia donde me encontraba, gritando: “¡¡CUIDADO!!”. Me lanzó al suelo para protegerme, ya que una bola de poder venía directamente hacia mí. Luego de unos minutos, busqué a mi padre entre la niebla que se formó producto de la explosión; por otro lado, noté que yo estaba sobre un círculo de transmutación y me rodeaban espejos. Miro hacia arriba y allí estaba levitando mi padre quien me dice: “Ha llegado la hora, volverás a tu mundo, el Verdadero”. Después de aquello no recuerdo nada, solo que mi cuerpo se desmembró y mi alma flotó, desvaneciéndose poco a poco…

Creo que estuve “sin existencia” durante días, pero curiosamente cuando por fin desperté, el castillo ya no era castillo, sino que era mi antiguo hogar, en el que nací y me crié al alero de mis padres. Una enorme emoción inundó mi ser… NO, miento, estaba feliz, pero no era para llorar o ¿sí? Bueno, cuando me levanté, me di cuenta que en mí escritorio estaba el mismo libro que saqué del pozo en el “otro mundo”, pero había una diferencia: estaba en blanco.

Lo revisé por completo y con el movimiento de las hojas, se cayó un papel escrito con tinta roja (dudo la procedencia de ésta) que decía:
               
“Saludos portador. Por ofrenda del rey se te ha otorgado este libro el que podrás usar como estimes conveniente. Podrás dibujar, escribir, lo que sea que tu imaginación te indique. Solo debes tener presente lo siguiente: Cada palabra o imagen que se plasme aquí puede ser usado en tu contra; deberás ser sincera y no tienes permitido ofender a nadie; de lo contrario, pagarás las consecuencias. Más allá de eso, disfruta y relájate. Confiamos en ti”
Atte. La Guardia del Rey.
P.D.: Tienes un plazo de dos semanas para terminarlo, si no lo haces, morirás… NO, negativo querida doncella, solo iremos por ti y serás prisionera hasta el día en que des tu último aliento.”

Y fue así como, (sin quererlo), estoy escribiendo… Sin dudar cumpliré con la orden del rey, aunque algo me dice que esto es un tongo… ¡QUÉ DIABLOS!, aprovecharé de confesarme y dejar en claro quién soy… A todo esto… ¿Quién soy yo?


miércoles, 26 de octubre de 2011

La Hechicera con Alas de Mariposa - Cap. I: La Leyenda


<<Ha llegado la noche y las estrellas cubren el cielo. La hermana Luna aún no ha aparecido tras la montaña. Una suave brisa se percibe… estamos a fines de Octubre. >>

Quizás nadie me conozca, a pesar de estar veinticuatro horas en mi compañía. Tal vez algunos dicen entenderme, pero en verdad, son palabras que el viento y el tiempo han dejado atrás. Lo único que es cierto, es que ni yo misma me comprendo a tal punto de afirmar quién realmente soy o lo que podría llegar a ser.

Cuenta la leyenda que nací de la unión de un hechicero y un hada de los bosques. Mi padre, famoso por las investigaciones realizadas sobre la “Piedra Filosofal”, de quien se dice además que la llegó a crear, pero solo son rumores que en el pueblo se han propagado. Mi madre, una hermosa ninfa de brillantes cabellos verdes y unas alas azules, similares a las de una mariposa. Su historia de amor es un secreto, así que no hablaré sobre ello, solo puedo decir que mientras estuvieron vivos, me enseñaron y guiaron como nadie nunca lo pudo hacer.

<<Otra estrella está iluminando mi ventana, se ha unido a la que siempre me cuida en mis horas de descanso… de la Luna ni rastros, la esperaré hasta que la pueda ver… >>

Pues bien, mi infancia fue diferente a las demás, por ser hija de “seres místicos”, siempre me mantuvieron al margen, no me dejaban compartir con los chicos de mi edad, no podía jugar con ellos, pues sus padres apenas me veían correr cerca de sus hogares, llamaban a sus retoños y los encerraban en casa. Como se imaginarán, tuve que buscar otros medios para saciar mis energías, por lo que le pedí ayuda a mis padres y ellos me enseñaron lo que para muchos estaba prohibido… LA MAGIA.

Cuando cumplí la mayoría de edad, ya era una hechicera experta y fácilmente podía vengarme del pueblo que por años me discriminó y ofendió; sin embargo, durante todo el tiempo que estuve aislada, nació en mí cierta compasión y en vez de causarles mal, les propuse mi ayuda en lo que me pidieran, pero las cosas fueron distintas: la gente se rehusó a ello y me exilió por tratar de atentar en contra de sus creencias religiosas, y junto con ello, a la guardia del rey, se le ordenó asesinar a mis padres…  Yo lo presencié todo…

“Una noche abrumadora: llegaron a caballo un grupo de veinte soldados que derribaron la puerta y se aproximaron al cuarto de mis padres. Los llevaron al patio trasero donde los desnudaron y le rociaron unas pociones inflamables que saquearon del laboratorio; ambos estaban empapados e imploraron piedad. Acto seguido, les prendieron fuego; mi madre intentó socorrer a mi padre, pero fue en vano, pues las llamas ya consumían sus cuerpos, lentamente…”

<<Continúo observando el cielo, pero todavía mi querida hermana no se aparece… ¿por qué demoras tanto?, te extraño… >>

Por favor, no sientan lástima por lo que ocurrió, fue doloroso, sí… pero ya pasó. Desde ese día, me prometí a mi misma que todo lo que hiciera sería en honor a ellos, por todo lo que me dieron. Créanme, es una deuda que ni en esta vida podré saldar…

Al abandonar el pueblo, me di cuenta que los habitantes de ahí eran ciegos, ya que juzgaban sin conocer realmente a las personas y les inventaban historias alejadas de la realidad (si escribieran, serían fabulosos novelistas, debido a su alto grado de imaginación). Pero bueno, como ya no tenía hogar, decidí “ir en busca de aventuras”… NO, mentira. Me fui a lo profundo del bosque donde mis padres se conocieron, pues una vez me dijeron que allí se hallaba el tesoro más preciado para ellos y que solo lo conocería cuando llegara el momento.

Días y días caminando por aquel paisaje verde y lleno de árboles, llegué a un lago donde percibí una fuerte energía que variaba entre “el bien y el mal”. Oí una voz que me llamaba e invitaba a sumergirme en esas aguas cristalinas. Al parecer tenía un efecto hipnótico, porque lo último que recuerdo es “Bienvenida al ‘Mundo Real’”. Cuando desperté estaba en otra época, vestida con una capa color carmesí, portaba una lanza rojiza con la que podía atacar a distancia y hacer conjuros; además de tener unas bellas alas, las mismas que poseía mi madre, azules como el mar infinito. Intenté mirar a mí alrededor, pero fui cegada por un brillo dorado que me quitó las fuerzas y me desmayé.

Al abrir los ojos, me hallé sentada frente a una gran mesa; junto a mí habían caballeros armados, quienes discutían sobre la guerra que se avecinaba, que no había tiempo y que ahora mismo saldrían a batallar. El rey les dio una “buena-nueva”: me uniría a ellos, pues sería su “salvación” (cosa extraña, pues apenas había comprendido qué demonios hacía ahí…). No se me permitió decir palabra, y partimos rumbo al combate.

Increíblemente, ganamos. No me pregunten: ¿cómo? ni ¿por qué?, solo sé que mis hechizos hicieron algo nunca antes visto: “provocaron lazos entre los enemigos y hubo paz”… NO, miento. Fue todo lo contrario: ambos ejércitos lucharon hasta más no poder y mis ataques aniquilaron a centenares de soldados (enemigos y amigos). Cuando regresamos “a casa”, nos recibieron con bombos y platillos, hubo fiesta, mas yo me refugié en lo alto del castillo mirando cómo el Sol se ocultaba en el horizonte y cómo después, la luna llegaba a su reemplazo…

Curiosamente, ese día la Luna no apareció en el momento que esperaba y decidí quedarme ahí hasta poderla observar… Pasaron los días, se libraron muchas batallas en las que mi aporte resultaba un desastre, provocaba más daño del que imaginaba, por lo que tomé la decisión de abandonar la lucha y dedicarme a sanar, a curar a los caídos y revivir a los muertos (lo último estaba prohibido, pero de todos modos lo hacía).

El rey de ese lugar me agradeció profundamente lo que había hecho por el pueblo y me nombró “Guardiana”, la que velaría por la seguridad, integridad y salud de su reino; además de ser la guía en materias de Magia y la encargada de vaticinar el futuro. Sinceramente, hubiese querido huir de aquel sitio, pero sentí que esa había sido mi recompensa: “Ayudar al pueblo, a las personas que sin juzgarme permitieron mi estadía y que por mis actos y buena voluntad; además de demostrarles quién realmente soy, me aceptaron y valoraron”. Estoy segura que este es el tesoro que me dieron mis padres: mi destino.

Desde ese entonces, la hermana Luna, vela mi soñar.

viernes, 21 de octubre de 2011

Una invitación a: - "HAKUNA MATATA" -

"HAKUNA MATATA", seguramente esta frase es bastante conocida para todos, la escuchamos en la película "El Rey León I", cuando Timón y Pumba la cantan al conocer al pequeño Simba. Lo más probable también, es que esa escena haya marcado parte de nuestra infancia; sin embargo, ¿nos hemos puesto a pensar en qué significan esas palabras?... lo dudo; así que los invito a viajar a nuestra niñez y recordar aquel tema, pues a continuación lo analizaremos...


El primer verso nos dice: "HAKUNA MATATA, UNA FORMA DE SER", pues bien ¿qué quiere decir esto?, veamos, al decir "una forma de ser" se está aludiendo a un carácter, una manera de actuar frente a las cosas y situaciones de la vida sea cual sea su índole. Recordemos además que, "HAKUNA MATATA" significa "NO TE ANGUSTIES", por lo tanto, tenemos en conclusión que la actitud propuesta es "no te debes aproblemar ante lo que suceda".


El segundo verso nos señala: "HAKUNA MATATA, NADA QUE TEMER", y en cierto modo, es muy cierto, ya que muchas veces engendramos temor ante los posibles acontecimientos que puedan ocurrir. Por lo que nos sugiere esta frase es que "a pesar de no saber qué es lo que vendrá en el futuro, el miedo a lo desconocido y/o la incertidumbre ligada a éste, ambos no deberían estar albergados en nuestro interior".


Ya en el tercer verso nos habla: "SIN PREOCUPARSE ES COMO HAY QUE VIVIR", lo que personalmente, encuentro un sabio consejo, pues de qué nos sirve vivir enfocándonos en lo que aún no llega, o en caso contrario, en lo que ya pasó. Cuál es el motivo de "pre-ocuparse", forjando temores y creando historias en nuestra mente, muchas veces distantes de la realidad, que nos hacen pensar y "re-pensar" en ello; olvidándonos de que estamos en el AHORA, AQUÍ EN EL PRESENTE, donde cada instante (hasta el más pequeño) será irrepetible, jamás se volverá a ver algo tal cual se encuentra EN ESTE MOMENTO, puesto que aunque no lo percibamos, habrá cambiado en cuanto a su aspecto, lugar, aroma, entre otros.


Quizás para algunos "vivir sin preocupaciones" es algo cercano a la noción que se le da cuando alguien no hace nada y se cataloga de "despreocupado", pues bien, en este caso, ese "dejar hacer" no corresponde, porque "HAKUNA MATATA" nos llama a abandonar los pensamientos de inseguridad y pre-ocupación frente al porvenir, requiere como se dice: una NUEVA forma de ser, OTRO MODO de ver el mundo, y también una valentía a querer afrontar ese futuro con amplitud de mira y confianza, sin descuidar que el momento para trabajar es ahora, y no mañana.


Así que la invitación está hecha, si se animan a experimentar esta "onda", se darán cuenta de que muchas cosas que se veían complejas, en verdad no lo son, pues "las apariencias engañan para quien usa su mente en vez de su corazón para vivir la realidad".


Dedicado a todos aquellos seres que luchan de hacer este mundo un lugar mejor, para ellos...
¡¡CARPE DIEM y HAKUNA MATATA!!.